miércoles, 19 de enero de 2011

Demasiado tarde


“Para cuando la razón es capaz de entender lo sucedido,
las heridas en el corazón ya son demasiado profundas…”



Carlos Ruíz Zafón.

martes, 18 de enero de 2011

Cerrando círculos

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.
Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.
Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos. Como quiera llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminó con su trabajo?
¿Se acabó la relación?
¿Ya no vive más en esa casa?
¿Debe irse de viaje?
¿La amistad se acabó?
Puede pasarse mucho tiempo de su presente “revolcándose” en los porqué, en devolver el casete y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho.
El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanas, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.
No. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, vender o regalar libros.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.
Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó.
No esperen que le devuelvan, no espere que le reconozcan, no espere que alguna vez se den cuenta de quién es usted. Suelte el resentimiento, el prender “su televisor personal” para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo. La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si usted anda por la vida dejando “puertas abiertas”, por si acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción.
Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de “regresar” (a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron … ¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo! Si no, déjelo ir, cierre capítulos. Dígase a usted mismo que no, que no vuelve. Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio. Usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a qué volver.
Cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el mismo, ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.
Es salud mental, amor por usted mismo desprender lo que ya no está en su vida. Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque cuando usted vino a este mundo ‘llegó’ sin ese adhesivo, por lo tanto es “costumbre” vivir pegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente, se puede lograr porque, le repito, nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero… cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte. Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad.
¡Esa es la vida!

Paulo Coelho

domingo, 9 de enero de 2011

PRESIÓN Y AGOBIO

Hace ya algún tiempo que empiezo a notar la presión que, cada año acaba llegando. Antes ni siquiera existía, pero a medida que han pasado los años, cada vez empieza antes.

Simplemente, no lo soporto. Soy una persona que no puede estar parada mucho tiempo en un mismo sitio. Me agobio, y acabo pagando esto con la gente que me importa.

Necesito salir, moverme, descubrir sitios nuevos… Y esta sensación de agobio este año me ha invadido demasiado pronto…

Quizá haya sido porque este verano no he parado en casa… Nantes, Portugal, Sevilla, Huelva, Salamanca… Tal vez esto haya hecho que, una vez de vuelta, el pueblo se me haga demasiado pequeño.

Me siento encerrada. Y sí, repito, me agobio. Me siento bajo presión. Necesito salir.

sábado, 8 de enero de 2011

Presentación.

Bueno.

Por fin he creado este blog.

No tiene un propósito claro, la verdad. Simplemente desahogarme, contar mis paridas y dar a conocer un poquitito mas de mí.

Podréis encontrar todo tipo de paranoias, momentos de bajón, momentos de alegría, literatura, cine, música, locuras...

No espero que la gente me lea, simplemente quiero tener un lugar donde poder ser yo misma, donde poder contar todo lo que se me pase por la cabeza sin que nadie me juzgue, sin presiones. Ser yo misma, repito.

Y, sin más que decir, hasta la próxima…

De temps en tems, es decir, de cuando en cuando, espero veros (o no) por aquí.