Ya no sé en qué punto me he estancado. Quizá haya sido en el de ser una montaña rusa constante o en el de fingir una felicidad que a veces no es real.
Y cuando todo ya empieza a pasar factura, es cuando me doy cuenta de que no merece la pena estar así, aunque no pueda cambiarlo. Simplemente, me hago daño a mí misma.
Y es entonces cuando logro saber que lo único que quiero es un toque de magia. Hacer de mi vida algo especial. Poder disfrutar como hace mucho que no lo hago.
Y espero que llegue alguien que traiga esa magia. Es todo lo que quiero. Sólo un toque de magia.
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