Regálame
un libro. Ven a verme sin que te lo pida, haz que sonría cuando te vea parada
en la puerta de mi casa con tu bufanda roja y una sonrisa tierna. Abrázame
cuando no lo necesite y dame un guantazo cuando sea el momento exacto. Quiéreme
cuando me ponga tonta y sólo queden ganas de marcharte, te prometo que se me
pasará pronto. Aceléranos al máximo hasta que haya riesgo de caer al
precipicio; siente vértigo. Pero después frena. Ve con calma, cuenta mariposas
y agárrame la mano. Mira al cielo cada atardecer, desea con todas tus fuerzas
querer pasarlo a mi lado. Te prometo que, en poco tiempo, llegaré. Piensa en la
primavera, en las flores de cerezo acariciando tus piernas mientras éstas salen
curiosas del vestido más bonito. Deja tu carmín en mi mejilla, esta
vez no me voy a enfadar. Baila conmigo sin música, recítame poemas al oído,
descansa tu cabeza en el hueco de mi pecho. Escribe poesía en mi espalda y
vuélvete a quedar toda la noche despierta para amansar mis pesadillas. Dibuja semifusas en mi pelo.
Salta.
Quítate el abrigo y salta desde lo más alto. Ya ha llegado la hora. Prometo no
dejarte caer.
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