lunes, 27 de enero de 2014

TÚ.

Me muero de ganas de decir cómo eres tú, aunque nunca llegue a coger impulso para soltarlo.

Tú eres el beso en la frente cuando yo aún siga dormida. Tú eres la canción que cantaremos mientras conducimos por carreteras secundarias. Tú eres la ciudad que aún no he conocido. Tú eres la poesía de cada mañana. Tú eres el peluche que descansará sobre una cama para dos. Tú eres los acordes que tararearé cada mañana mientras te hago el desayuno. Tú eres el significado de ese cuadro de Monet que aún no hemos descubierto. Tú eres el vuelo que perderemos por culpa de un rato más en la cama. Tú eres las frases que escribiremos en las paredes. Tú eres la puesta de sol que veremos en aquella playa apartada. Tú eres viento, lluvia y nieve. Tú eres azul, rojo y amarillo. Tú eres palabra, sueño y pensamiento. Tú eres... Tú... 



Tú eres mi fantasía de cada noche.

sábado, 25 de enero de 2014

Perfect time.

You always keep in mindyou always know the magic wordthe perfect timethe proper voice, the perfect one you are.



jueves, 23 de enero de 2014

Cuando sepas de mí.

“Cuando sepas de mí, tú disimula. No les cuentes que me conociste, ni que estuvimos juntos, no les expliques lo que yo fui para ti, ni lo que habríamos sido de no ser por los dos. Primero, porque jamás te creerían. Pensarán que exageras, que se te fue la mano con la medicación, que nada ni nadie pudo haber sido tan verdad ni tan cierto. Te tomarán por loca, se reirán de tu pena y te empujarán a seguir, que es la forma que tienen los demás de hacernos olvidar.
Cuando sepas de mí, tú calla y sonríe, jamás preguntes qué tal. Si me fue mal, ya se ocuparán de que te llegue. Y con todo lujo de detalles. Ya verás. Poco a poco, irán naufragando restos de mi historia contra la orilla de tu nueva vida, pedazos de recuerdos varados en la única playa del mundo sobre la que ya nunca más saldrá el sol. Y si me fue bien, tampoco tardarás mucho en enterarte, no te preocupes. Intentarán ensombrecer tu alegría echando mis supuestos éxitos como alcohol para tus heridas, y no dudarán en arrojártelo a quemarropa. Pero de nuevo te vendrá todo como a destiempo, inconexo y mal.
Qué sabrán ellos de tu alegría. Yo, que la he tenido entre mis manos y que la pude tutear como quien tutea a la felicidad, quizás. Pero ellos… nah.
A lo que iba.
Nadie puede imaginar lo que sentirás cuando sepas de mí. Nadie puede ni debe, hazme caso. Sentirás el dolor de esa ecuación que creímos resuelta, por ser incapaz de despejarla hasta el final. Sentirás el incordio de esa pregunta que jamás supo cerrar su signo de interrogación. Sentirás un qué hubiera pasado si. Y sobre todo, sentirás que algo entre nosotros continuó creciendo incluso cuando nos separamos. Un algo tan grande como el vacío que dejamos al volver a ser dos. Un algo tan pequeño como el espacio que un sí le acaba siempre cediendo a un no.
Pero tú aguanta. Resiste. Hazte el favor. Háznoslo a los dos. Que no se te note. Que nadie descubra esos ojos tuyos subrayados con agua y sal.
Eso sí, cuando sepas de mí, intenta no dar portazo a mis recuerdos. Piensa que llevarán días, meses o puede que incluso años vagando y mendigando por ahí, abrazándose a cualquier excusa para poder pronunciarse, a la espera de que alguien los acogiese, los escuchase y les diese calor. Son aquellos recuerdos que fabricamos juntos, con las mismas manos con las que construimos un futuro que jamás fue, son esas anécdotas estúpidas que sólo nos hacen gracia a ti y a mí, escritas en un idioma que ya nadie practica, otra lengua muerta a manos de un paladar exquisito.
Dales cobijo. Préstales algo, cualquier cosa, aunque sólo sea tu atención.
Porque si algún día sabes de mí, eso significará muchas cosas. La primera, que por mucho que lo intenté, no me pude ir tan lejos de ti como yo quería. La segunda, que por mucho que lo deseaste, tú tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde alguna vez fuimos feliz. Sí, feliz. La tercera, que tu mundo y el mío siguen con pronóstico estable dentro de la gravedad. Y la cuarta, -por hacer la lista finita-, que cualquier resta es en realidad una suma disfrazada de cero, una vuelta a cualquier sitio menos al lugar del que se partió.
Nada de todo esto debería turbar ni alterar tu existencia el día que sepas de mí. Nada de todo esto debería dejarte mal. Piensa que tú y yo pudimos con todo. Piensa que todo se pudo y todo se tuvo, hasta el final.
A partir de ahora, tú tranquila, que yo estaré bien. Me conformo con que algún día sepas de mí, me conformo con que alguien vuelva a morderte de alegría, me basta con saber que algún día mi nombre volverá a rozar tus oídos y a entornar tus labios. Esos que ahora abres ante cualquiera que cuente cosas sobre mí.
Por eso, cuando sepas de mí, no seas tonta y disimula.
Haz ver que me olvidas.
Y me acabarás olvidando.
De verdad.”

~Risto Mejide

sábado, 18 de enero de 2014

Quedarse.

"Quédate con ella y mírala dormir. No la despiertes, está soñando contigo. Desvístela con los ojos, observa sus lunares y cada una de sus pecas. Recuérdate a ti mismo por qué te gusta tanto. Sal a fumar, pero déjale una nota. Dile cuanto la quieres y escribe que volverás. Vuelve. Si aún no ha despertado, susúrrale al oído que no hay tiempo que perder. Prepárale un café y pídele bailar. Y luego de todo eso, invítala a volar."

~Estefanía Mitre






Mientras tú llegues siempre tarde y yo siempre esté esperándote.