martes, 16 de diciembre de 2014

Poesías del 27 y tu recuerdo.

Hoy me he comprado un libro de poesías del 27 y he impreso nuestras conversaciones. Me negaba a creerme que todo hubiese sido un sueño y mi cama me ha acogido tan caliente como siempre, con sábanas nuevas que ni siquiera llegaste a ver (también verdes, por si quieres saberlo). He combinado las mejores poesías con nuestros versos, nuestras caricias en forma de palabras. Y sí, por si quieres saberlo, aún se me sale el corazón por la boca cuando te leo tan tú, tan nosotras, tan fugaz. Esta noche no dormiré bien. Me da igual. Necesitaba volver a sentirme viva.



"Me gustaría acurrucarme a tu lado y mirarte mientras duermes, acariciar tu pelo y tus mejillas, darte un beso en el cuello y decirte que te quiero al oído"



¿No la conocéis? Entonces
imaginadla, soñadla.
¿Quién será capaz de hacer
el retrato de la amada? 

Yo sólo podría hablaros
vagamente de su lánguida
figura, de su aureola
triste, profunda y romántica. 

Os diría que sus trenzas
rizadas sobre la espalda
son tan negras que iluminan
en la noche. Que cuando anda, 

no parece que se apoya,
flota, navega, resbala...
Os hablaría de un gesto
muy suyo..., de sus palabras, 

a la vez desdén y mimo,
a un tiempo reproche y lágrimas,
distantes como en un éxtasis,
como en un beso cercanas... 

Pero no: cerrad los ojos,
imaginadla, soñadla,
reflejada en el cambiante
espejo de vuestra alma.

Gerardo Diego

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