sábado, 1 de noviembre de 2014

¿Pido demasiado?

Dame una de esas noches especiales en las que no nos quedemos hipnotizadas mirando las luces de las velas porque nuestros ojos brillen más y sean más profundos. 
Confiésame otro secreto y sorpréndeme una vez más. 
Acaríciame sutilmente por debajo de la mesa y haz que toda mi piel se erice. 
Sonríe de manera pícara, agárrame la mano y salgamos a besarnos en los portales. 
Hazme el amor lento, suave, como si los minutos no fueran a pasar nunca. 
Plántate en mi puerta una mañana cualquiera con unos billetes de avión para el fin de semana siguiente. 
Recorre de mi mano una ciudad desconocida y bésame con ternura cuando me canse de esperar que hagas mil fotos cuando yo quiero continuar. 
Escribe junto a una taza de té mientras yo refunfuño porque mi estudio es demasiado pequeño, no apagas la luz y quiero dormir. Pero después léeme con tu voz dulce, lee en voz alta las palabras de la chica que escribe y mira cómo cierro los ojos y sonrío en sueños. 

Bésame en la frente y abrázame toda la noche. Toda la vida.


¿Pido demasiado?



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